Cuando ya todo parecía estar dicho y hecho en el díptico “slasher conoce la brutalidad campirana” popularizado y creado en los 70’s por Masacre en Texas, Amarga pesadilla y Las colinas tienen ojos, aparece esta película de Rob Schmidt para darle un nuevo aire de suspenso a la historia que mezcla bizarras muertes con desagradables efectos especiales, la historia (que ya se la puede imaginar uno) trata sobre un conductor que tiene que llegar en poco tiempo a una entrevista y como la autopista esta muy congestionada decide tomar un atajo a través de unos espesos bosques donde da la casualidad que termina chocando su coche con el de otros 5 jóvenes que quieren pasar un rato en las montañas, al no tener forma de seguir su camino decidirán caminar entre el territorio para pedir ayuda sin saber que en los bosques vive una raza de mutantes hambrientos resultado de años de endogamia.

Creo que luego de años de no ver este tipo de historia, fue buena idea retomarla pero con valores modernos de este siglo, la película es dinámica en todos los ángulos mostrados, desde las primeras muertes, pasando por la lucha que llevan a cabo los protagonistas para sobrevivir y terminando en las violentas muertes mostradas, todas muy efectivas; también resalta el aspecto de los mutantes y su repudiable forma de vida alejada de
toda civilización o humanidad, convirtiéndolos en hambrientas bestias dedicadas a cazar todo lo que pueda ser comestible. Nuevamente en el caso de los protagonistas su lado civilizado se vera a prueba ante el instinto de sobrevivencia, donde tendrán que matar si quieren seguir viviendo para ver otro día, la película funciono tan bien que se han dado otras dos secuelas que siguen la misma tónica de la primera película, para lo que es este nuevo siglo esta es una buena muestra de lo que un buen guión ejecutado con mano firme pueden hacer ante un tema ya tan examinado en el genero de horror.

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